No os voy a engañar: me encuentro más feliz desde que dejé el fediverso, más tranquilo, con más tiempo para otras cosas y con menos ansiedad y stress. Hasta he descubierto de nuevo el placer de la lectura.
Pero también echo de menos a algunas personas muy queridas, ellas saben quienes son. Pero el fediverso es complicado y daría para otro artículo el intentar explicar la imposibilidad de poder quedarse con pocas personas elegidas y en tranquilidad.
Mi vida por tanto ha cambiado a mejor. Tampoco estoy desconectado de algunas personas a las que les tenía y tengo mucho cariño, muchas de ellas están en privado conmigo aún, y otras a veces me envían algún mensaje por xmpp.
Tengo más que suficiente para mi vida diaria. He descubierto que me encuentro más agusto en pequeños grupos. Cuando existe demasiada interacción entra en juego mi adicción de querer enterarme de todo lo que pasa, el no perderme nada, y al final esto me pasaba factura. Intenté una y otra vez terminar con esto pero era superior a mi.
Lo pasé bastante mal, una auténtica pesadilla que duró algo más de 1 semana, donde solo dormía 2-3 horas y me levantaba con un dolor de cabeza que me duraba todo el día. Y luego, al trabajar por la tarde, era todo aún peor. Costaba aguantar hasta mi salida ya por la noche, y a veces parecía que iba a darme un ictus o un desmayo y caer en redondo. Así de mal estuve.
Las pastillas ayudaron, pero también les coges pánico a que puedan recetarte una nueva. Hay efectos secundarios que son horribles: desde ansiedad y que te cuesta respirar y no puedes dormir, hasta el dejarte atontado y con mucho sueño pero éste nunca llega. Pero bueno, finalmente di con una pastilla que me está ayudando y ahí voy.
El deporte ayudó en un principio, o eso creí. Pero no, me di cuenta que no afectaba positivamente al sueño. Incluso a veces dormía peor cuando hacía deporte que cuando no lo hacía, aún habiendo pasado ya 2 semanas de hacerlo continuamente. Eso sí: relaja en su momento y es bueno para la salud, y me gustan estos paseos para pensar.
Ahora duermo mejor, tengo tiempo libre, menos stress y pronto hasta vacaciones con bastantes planes para irnos por la costa de Cádiz y Málaga. Hasta tenemos ya reserva en un buen y precioso restaurante marroquí (novedad para mi mujer y para mi, no hemos probado nunca esta comida).
La vida me vuelve a sonreir.