Alguna vez he contado, no sé si por aquí o en mi podcast personal, que soy asocial. No solo yo, también mi esposa. Es decir: nos gusta bastante nuestra compañía mutua pero no nos sentimos agusto quedando con nadie, excepto algunos compromisos familiares.
Somos felices así y nunca nos aburrimos. Yo incluso siempre dije que siempre tenía algo que hacer, que no podría aburrirme nunca. Y era cierto.
Hasta ahora, cuando llega ese pozo infernal llamado depresión.
La gente no entiende (ni yo lo entendía, ahora ya lo sé) qué es la depresión. Con buenas intenciones otras personas intentan animarte, darte consejos y tal, sin saber que es inútil. De hecho a veces puede ocasionar el efecto contrario.
Volviendo al tema. Cuando llega la depresión resulta que lo que antes te animaba, te encantaba y deseabas hacer, ahora de pronto parece que te han secuestrado el alma y ya no te apetece.
Se acaban los ánimos, las ganas y pareces estar muerto en vida.
Por ejemplo, antes disfrutabas de alguna serie y ahora no te apetece verla, o empiezas a verla casi forzado y al cabo de unos minutos tienes que dejarla. Pasa en diferentes aspectos. Ahora no te llena esa red social en la que disfrutabas durante bastante tiempo. Al principio incluso no tenías ni ganas de comer y se hacía hasta complicado ponerte a la mesa. Todo te cuesta. Levantarte, ducharte, afeitarte, salir, etc.
Ante esto hay que medicarse y hacer mucho esfuerzo, no queda más remedio. Debes salir al menos a andar, a que te dé el sol, a hacer la compra y todo lo más normal. Incluso ahora mismo, cuando llevo ya un tiempo con depresión, estoy trabajando. Sí, cuesta mucho aguantarlo pero es mucho mejor que estar en la casa tirado en el sofá mirando al techo o en la cama sin ánimos de hacer nada. Trabajar es una forma de forzarme a cierto contacto social, hacer algo.
Y claro, nunca pensabas que te llegaría algo así. Ahora es cuando cuesta ser asocial. Quizás sin serlo me hubiera animado y disfrutado quedar con amistades y familia más a menudo, que dicen que ayuda en la depresión, aunque la verdad es que la misma depresión tampoco te da ánimos para algo así, y más cuando lo primero que piensas es que te van a juzgar y al no entenderte van a darte consejos inútiles y vas a acabar peor que si no quedaras.
Ya llevo un tiempo así y algo he mejorado, pero va muy lento. Te dicen que salir de la depresión se sale, y tengo ejemplos de que es así por varios amigos, alguno incluso online. Espero con ansias que me llegue esa hora.
Al menos la ansiedad se acabó hace ya un tiempo.